Empleadores actúan para proteger al personal a medida que se agrava la crisis en Hong Kong
Las compañías extranjeras permiten a los empleados trabajar desde sus casas o hacer arreglos alternativos.
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Hong Kong
Los empleadores han reforzado los esfuerzos para garantizar la seguridad de su personal en Hong Kong, donde los meses de protestas se han intensificado en batallas entre la policía y los manifestantes.
Las protestas, que comenzaron después de que las autoridades presentaron un proyecto de ley que habría permitido la extradición de sospechosos criminales para ser juzgados en China continental, gatillaron feroces batallas en campus universitarios de todo el territorio.
Las universidades han suspendido las clases por el resto del año y las escenas violentas desencadenaron un éxodo de estudiantes de China continental.
Algunos alumnos internacionales han solicitado asistencia de sus consulados. Francia ha ayudado a los estudiantes que querían irse y el consulado del Reino Unido aconsejó a sus ciudadanos que se mantuvieran en sus residencias universitarias.
Consecuencias
Las protestas alarmaron a los inversionistas, con el índice Hang Seng cerrando con una caída de 0,9% ayer, acumulando un descenso de 4,8% en la semana.
La marca de lujo Burberry y Cathay Pacific, la aerolínea insignia de Hong Kong, informaron esta semana que han sentido el golpe, ya que las protestas han debilitado a la economía de la ciudad.
El presidente de China, Xi Jinping, dijo que “restaurar el orden es la tarea más urgente de Hong Kong”, en un comunicado emitido a través de los medios estatales chinos el jueves por la noche.
Mientras los abogados de Hong Kong rechazan la intervención estatal en la forma en que manejan los casos que involucran a manifestantes, Xi dijo que apoyó al poder judicial “en castigar a los delincuentes violentos” en referencia a los manifestantes.
Quienes protestan continuaron ayer con los intentos de bloquear las carreteras y los estudiantes crearon barricadas para evitar que la policía ingrese a los campus universitarios.
Sin embargo, el efecto de las protestas se ha extendido más allá de los estudiantes para incluir a los profesionales de Hong Kong, porque las manifestaciones que inicialmente se realizaban los fines de semana ahora también se organizan durante la semana laboral.
Rol de empleadores
Oficinistas han protestado todos los días esta semana en el distrito financiero de la ciudad, ayudando a establecer bloqueos en una muestra de apoyo a los manifestantes más radicales. Las imágenes de profesionales que huyen del gas lacrimógeno cuando la policía despeja las carreteras se han convertido en algo común.
El miércoles se difundió un video en redes sociales de un banquero que fue derribado y arrestado por la policía. “Trabajo en Citibank OK… ¡Mi oficina está a unos 500 metros de aquí!”, se puede escuchar al hombre decir en inglés. Citibank dijo: “Somos conscientes de este incidente y estamos investigando más. Esperamos que todos nuestros empleados se adhieran a la ley”.
Citi es una de varias compañías extranjeras que ha aconsejado a su personal que intente evitar situaciones peligrosas, permitiendo a los empleados trabajar desde sus casas o hacer arreglos alternativos.
BNP Paribas y S&P Global, la agencia de calificación, también han dicho al personal que pueden trabajar desde sus casas. Algunos empleados de BNP han estado operando desde sitios alternativos, separados de sus oficinas principales.
Factor violencia
Un residente de Hong Kong con pasaporte canadiense le dijo a Financial Times que las demandas de los manifestantes eran “irracionales”.
Agregó que apoyaba a la policía y que tenía la intención de abandonar Hong Kong porque ya no se sentía seguro en el territorio.
La policía usó gases lacrimógenos el jueves después de que dijeron que los manifestantes les dispararon flechas y les arrojaron objetos en la Universidad Politécnica de Hong Kong, acusándolos de “afectar gravemente la seguridad y el orden público”.
Como la violencia ha obligado a cerrar las escuelas locales e internacionales, algunos residentes extranjeros se han quejado de que sus vidas están siendo interrumpidas.
“Sé que esto suena ridículo, pero he hablado con varios inmigrantes y creo que desde su perspectiva las cosas sólo se ponen serias cuando sus hijos no pueden ir a la escuela y no pueden tomar sus lattes e ir a yoga”, dijo un ejecutivo extranjero a FT.
Algunos hongkoneses critican esos sentimientos. Un oficinista de 32 años en la protesta del jueves a la hora del almuerzo dijo que los inmigrantes que se quejaban “no conocen los antecedentes” de las manifestaciones. “Este no es su hogar”, agregó.